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Cada cuarzo es tan único como tú
Las primeras referencias históricas provienen de los antiguos egipcios, quienes utilizaban los cuarzos como joyas, parte de rituales y amuletos. Los cuarzos se forman frecuentemente en la naturaleza mediante un proceso de cristalización de líquidos, que toma desde días hasta años.
Ellos tienen la capacidad de detectar nuestras frecuencias energéticas y alinearlas. Esto coloca a las vibraciones positivas por encima de las negativas y así el trabajo de sanación se centra en curar el aura, equilibrar los chakras y fomentar el amor. Cada cuarzo tiene sus propias propiedades y vibraciones por lo que sirven para diferentes propósitos de sanación física, emocional y espiritual.
Los cuarzos te ayudarán a lograr la intención que tú desees, siempre viniendo del amor, del crecimiento y sobre todo de la gratitud.